Menudo festivalito… Un año más, y ya van cuatro, Canalsnowboard presente en uno de los festivales musicales más importantes de la Península: Festimad.

FOTOS: José Manuel Rodríguez

El cartel prometía, y mucho: Marylin Manson, Slayer, The Hives, Turbonegro, The Prodigy, System of a Down… la leche vamos! Y allí que nos dirigimos cargados de energías dispuestos a darlo todo durante el fin de semana.

Por el camino ya nos dimos cuenta de que iba a ser un festival bastante caluroso, el sol apretaba bastante, pero confiábamos en lo que prometían en la web: zonas verdes y arboles… Nada más lejos de la realidad! Al llegar comprobamos como el recinto era lo más parecido a un erial: polvo, arena y pocas, muy pocas sombras. Algunos árboles, pero la verdad, bastante pequeñajos. De hecho me compadecí bastante de todos aquellos festivaleros que tenían que acampar en semejante recinto. No era nuestro caso, así que nos dispusimos a entrar en la zona de conciertos con un solazo y un calor realmente agobiante.

Segunda gran sorpresa: en los exhaustivos controles de entrada no dejaban pasar con bebidas propias, lo cual no había ocurrido en ninguna de las ediciones anteriores. Bastante contrariados decidimos bebernos el calimocho – caliente – antes de entrar, porque suponíamos que las bebidas dentro no iban a ser precisamente baratas. La mayoría de la gente ya estaba bastante mosqueada con este hecho, porque -todo hay que decirlo- supone un detalle bastante cutre por parte de la organización. Para colmo un detalle de lo más curioso y ridículo por parte también de la organización: en los controles de entrada no se permitía el acceso con ningún objeto que pudiese ser utilizado como arrojadizo… véase tapones de botellas, desodorantes… en fin, hasta aquí puede parecer una medida acertada, pero se desmorona toda la lógica cuando una vez que entras al recinto compruebas que, aparte de arena por todos lados, las piedras abundan por doquier. O sea, te quitan el tapón de la botellita de medio litro de agua, pero no se molestan en limpiar el recinto de pedruscos, que además desgraciadamente al día siguiente serían protagonistas… Pero sigamos.

Desgraciadamente nos perdimos uno de los grupos que más ganas teníamos de ver: The Dillinger Scape Plan, otra vez será. Pero una vez dentro vino el que, sin duda alguna, fue el mejor concierto de todo el festival: The Hives. Este grupo de punk rock escandinavo demostraron ser unos auténticos jefes en directo: fuerza, energía, garra y un repertorio que contentó a todos los presentes.

VIDEO: The Hives.wmv

Mientras tanto comentarios de lo inadecuado de los escenarios, bastante menos altos de lo que se espera en un festival de esta talla. Un servido, de 1,80, difícilmente podía a veces ver lo que ocurría en el escenario estando situado justo delante de la mesa de sonido, no quiero imaginarme la gente más bajita.
Después de ayudar a un paisano a cargar con el hielo y así conseguir un paquete de cinco bolsas como recompensa (que luego serían utilizadas como moneda de trueque) empezaron Turbonegro con su peculiar puesta en escena iconoclasta gay de los 70. Muy correctos.

Nos íbamos poniendo nerviosos ante lo que, para nosotros, era la actuación de la noche: Slayer. Y es que se merecen una palabra: RESPETO. Madre mía. Slayer suponen hoy en día, y después de más de una década en los escenarios, una auténtica apisonadora sonora y rítmica. Sonaron casi todos sus clásicos, y merecieron ser taloneados por Marilyn.

  

VIDEO: Slayer.wmv

Respecto a Marylin Manson, es curioso comprobar como un grupo de los más conocido mundialmente comienza un concierto con tres canciones ajenas. Tres versiones sirvieron para calentar el ambiente: una de Eurythmics, una de Depeche Mode y otra de Soft Cell. Lo curiosos es comprobar que bastantes de sus fanáticos seguidores (muchos de ellos ataviados a su imagen y semejanza) no supiesen que esas canciones son versiones… En fin. Personalmente no me convenció demasiado ni musicalmente ni la puesta en escena que tanto me habían alabado. Un directo no es sólo disfrazarse con zancos y poner muecas extravagantes. Pero ya sabéis, esto es sólo una crítica subjetiva, seguro que a mucha gente le gustó, y probablemente mucho.

VIDEO: Marilyn.wmv

Por la noche ya se sabe. Chunda chunda y poco más. Ah! Si, ya comenzaba el dolor de garganta por las primeras acumulaciones de polvo de la jornada. Lo peor estaba por venir.

Al día siguiente el calor era realmente asfixiante. El sol castigaba que daba gusto. El polvillo de la zona se levantaba ligeramente gracias a una jodida brisa… Hablando con la gente, a eso de las tres de la tarde, los comentarios no eran muy halagueños: colas de hasta dos horas para ducharse, masificación y polvo en la zona de acampada, pocas sombras e inexistentes zonas verdes… Ante este panorama aproveché mi condición de residente en Madrid para, aun a costa de perderme unos cuantos conciertos que me apetecían, ir a casa a darme una ducha y echarme una siesta.

Cuando estaba volviendo un colega me manda un mensaje al móvil: Peligro inminente, los ánimos MUY caldeados, polvo, arena y retrasos de los conciertos. Decido llamarle y me cuentan lo que probablemente todos ya sabéis: Una ráfaga de viento casi tira uno de los escenarios y se tuvieron que retrasar los conciertos de los escenarios principales.

Ante este hecho un miembro de la organización salió al escenario para avisar de que los conciertos se reanudarían en breve… Al final fueron cinco horas!. Esto, unido al calentón de la gente por lo anteriormente descrito, provocó que un grupo de violentos exaltados la liasen parda: rompieron las barras, una caseta de tickets, uno de los coches patrocinadores expuesto… y lanzaron piedras contra la zona VIP… La verdad es que por muy denigrantes que fuesen las condiciones (el aire levantaba tanto polvo que muchos tenían que ir con pañuelos en la boca) no tiene perdón la actuación de este grupo, porque con su actitud y salvajismo pudieron provocar una catástrofe. Si, una catástrofe. Porque una masa de gente incontrolada y con pánico es una auténtica ruleta rusa, y menos mal que no pasó nada, porque podría haber pasado. Menos mal que mucha gente se lo supo tomar bien, aunque dudamos de que un buen porcentaje de gente repita el año que viene…

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Se reanudaron los conciertos a las 3 de la mañana, y The Prodigy acabaron a las siete de la mañana (tocaron con humo de fondo de un coche quemándose).

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Ante este panorama un servidor decidió largarse, ya había visto bastante, y la garganta me dolía de comer tanta arena. Me jodió enormemente perderme a Incubus, System of a Down y The Prodigy, pero no pudo ser.

 

Simplemente añadir que, con lo bien que estaba el Parque de El Soto de Móstoles, no entiendo como los organizadores han trasladado el Festimad a un lugar tan sumamente penoso para celebrar un festival con semejante cartel. Festimad no se lo merece.

Un saludo a todo@s.

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