Ratrac, parapente y helicóptero @ Grandvalira

Conocer Grandvalira a vista de pájaro es posible, y para hacerlo, el Centro de Actividades de Aventura dispone de vuelos en parapente y helicóptero que recorren parte de las 1.926 hectáreas del dominio.

La zona de despegue de vuelos en parapente se encuentra a la Tossa de Espiolets, en Grandvalira-El Tarter, y desde allí se inicia el vuelo en un parapente biplaza que durante 20 minutos permite vivir una de las experiencias más sorprendentes para los más aventureros. Esta actividad siempre se lleva a cabo en compañía de un monitor.

La otra opción para conocer la estación desde el aire son los vuelos en helicóptero. Pueden tener una durada de entre 10 a 20 minutos. Con toda comodidad, esta actividad proporciona unas vistas impresionantes y privilegiadas de los Pirineos andorranos. Los vuelos salen del Pla de Espiolets, en Grandvalira-Soldeu, y desde el Centro de Actividades de Aventura, en el sector de Grandvalira-Grau Roig.

Para los que buscan emoción y aventura, la práctica del esquí o snowboard fuera pista en una zona controlada es una de las mejores opciones para disfrutar del dominio.

La actividad estrella de esta práctica, y exclusiva de Grandvalira, es el esquí ratrac que ofrece la posibilidad de disfrutar de fuera pista controlados con cuatro itinerarios que tienen el punto de arranque en el Pic de Encampadana. Una máquina ratrac, de acondicionamiento de pistas, recoge los freeriders en el Cap dels Cloto y los remolca mediante cuerdas hasta el pico, que se al sector de Grandvalira-El Tarter. Una vez allí, hay cuatro itinerarios posibles para el descenso, dos de nivel rojo y otros dos negros.

El servicio es gratuito y esta actividad, que va dirigida a esquiadores y snowboarders expertos, se realiza cuando las condiciones de nieve y seguridad lo permiten.

La seguridad es una de las máximas prioridades en Grandvalira. Todas las actividades que se llevan a cabo están sometidas a un gran control y revisadas por el equipo de seguridad integrado por 75 profesionales.

Para minimizar el riesgo de aludes y garantizar la práctica segura del esquí ratrac, tienen un papel clave los artificieros de aludes, cuya misión consiste en provocar pequeños aludes controlados. Esta tarea se lleva a cabo siempre antes de abrir la estación. Muchas veces, el alud se provoca manualmente, accediendo a la zona en helicóptero o con máquinas ratrac. En otras ocasiones, el punto de riesgo es tan inaccesible que se usan determinados cañones capaces de provocar una pequeña explosión mediante la mezcla de propano y oxígeno.

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  • Hola,estuve en formigal y alli tambien ahi ratrac.Era para 30 personas 15 a cada lado.
    Adios

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