IX Mundiales Snowboard FIS

La jornada de clausura de los IX Mundiales Snowboard FIS La Molina 2011 contó con todos los alicientes que se le podía pedir a un acontecimiento de esta envergadura: una estación llena de público, unas instalaciones a la altura del evento y cuatro finales de dos disciplinas espectaculares: el Slalom Paralelo (PSL) y el Slopestyle (SBS), disciplina esta última que después de debutar en estos Mundiales se ha ganado también su entrada en los Juegos Olímpicos, dentro de tres años, en Sochi (Rusia).

El SBS ha sido sin duda el gran protagonista, tanto de esta última jornada como de todo el Mundial. La importancia de La Molina 2011 es que, gracias a su inclusión a última hora (noviembre) en el programa competitivo y al éxito de público obtenido (8.000 espectadores), la FIS cuenta con un poderoso argumento para conseguir que el Slopestyle triunfe en la escena olímpica.

Las dos finales disputadas aportaron todo el espectáculo de esta popular prueba de freestyle en la que, sobre un circuito, el rider debe realizar diferentes ejercicios en el aire, así como sobre raíles, cajones o barandillas. No es contra el reloj, sino que los jueces puntúan el estilo y la dificultad de la ejecución.

La final la disputaron 18 competidores, después de que a primera hora se completase la segunda eliminatoria, aplazada el viernes a causa del viento. Entre ellos estaban dos españoles: Carlos Manich e Isaac Vergés.


Foto: Carles Manich

En la primera de las dos mangas sobresalió el desconocido sueco Niklas Mattsson, que con un recorrido impecable logró 28.1 puntos y dejó al resto atrás. Entre ellos estaba el belga Seppe Smits, medalla de bronce en el Big Air de la jornada de apertura, en Barcelona. Smits, con 26.7, arriesgó en la segunda toma y rozó la perfección con una puntuación de 28.7, obligando al sueco, el último en bajar, a superarle. Pero la presión pudo a Mattson, que se cayó y tuvo que contentarse con la plata gracias a su primer intento. El bronce acabó en manos de un finlandés, Ville Paumola, con 26.2 puntos, también en el segundo ensayo.

No hubo viento esta vez y la pista estaba perfecta. Me la jugué en el segundo intento y todo salió perfecto. Esta medalla de oro me reconforta mucho, porque en el Big Air estuve a punto de lograrla, pero me tuve que contentar con la plata”, dijo el primer campeón del mundo de SBS, el belga Smits. “Todos los que practicamos Slopestyle estamos ansiosos por ser olímpicos. Esperamos que el SBS entre con fuerza en los Juegos y que haya tan buenas pistas como la que hemos disfrutado aquí.»

De los españoles, el mejor clasificado fue Isaac Vergés, con una excelente 12ª plaza ganada con 19.7 puntos en el segundo intento (en el primero sólo había logrado 10.5). En cuanto a Carlos Manich, tampoco estuvo bien en el primero (10 puntos, siempre por no planchar sus saltos y por apoyarse con las manos en la recepción), y en el segundo las cosas le fueron incluso peor (6.8).


Foto: Isaac Vergés

También los españoles se mostraron muy satisfechos con esta primera edición mundialista, que les abre las puertas de unos JJOO. “Se ha demostrado que el SBS es una prueba muy atractiva para el público y que tiene mucho futuro. Nosotros vamos a seguir trabajando duro para acercarnos a los mejores del mundo. De momento, ser finalistas ha sido un éxito que queremos compartir con todos”, señalaron al unísono Vergés y Manich.

La final femenina
, como la masculina, no disponía de referencias para calibrar a los favoritos, ya que el SBS no ha sido olímpico, debutaba en el Mundial y no hay Copa del Mundo particular. Así que hubo que esperar a ver cómo se comportaba cada participante. Pronto se vio que la finlandesa Enni Rukajarvi era especial, porque con 26.6 en el primer intento dejó un mundo detrás suyo a la checa Sarka Pancochova (23.2) y a la neozelandesa Shelly Gotlieb (21.6).


Foto: Podio SBS femenino

En la segunda manga, con las finalistas saliendo en orden inverso a la clasificación, Rukajarvi pudo comprobar que nadie superaba su primer intento y que ya era campeona. Sin embargo, quiso lucirse y alcanzó unos extraordinarios 28.2 puntos, con ejercicios a la altura de los hombres. Pancochova, que mejoró con un 25.2, se quedó con la plata y Gotlieb, que falló clamorosamente en la segunda bajada, se quedó con el bronce, ya que ninguna de las demás finalistas fue capaz de batir su primera puntuación.

Estoy muy, muy contenta. Es un honor ser la primera campeona del mundo de slopestyle y llevaré La Molina siempre conmigo”, comentó la finlandesa Rukajarvi. “La pista ha estado magnífica y todos esperamos que, de aquí a tres años, cuando el SBS sea olímpico, se construyan muchas tan buenas como esta”.

El austriaco Karl, el gran triunfador

De las cuatro medallas en juego de la jornada, una coronó al austriaco Benjamin Karl como gran triunfador del Mundial, puesto que a su título en el Gigante se adjudicó también en el Slalom. La segunda de las dos modalidades del Snowboard consideradas ‘alpinas’, por cuanto los participantes también utilizan ‘botas duras’ para competir en bajadas que recuerdan a los esquiadores, se celebró de nuevo en la pista Pedró.


Foto: Benjamin Karl

No tengo palabras para expresar lo que siento en estos momentos. Es mi segunda medalla de oro en estos Mundiales y la tercera de mi carrera. Me voy de La Molina más que satisfecho por mis triunfos y por lo bien que ha funcionado todo aquí”, declaró un contentísimo Karl. “No ha sido tan fácil como pueda parecer, porque en semifinales gané por poco a mi compatriota Andreas (Prommegger), y Simon (Schoch) me superó en la primera de la final”.

La misma que el Gigante, sólo que con un recorrido menos largo (390 metros) y más puertas a negociar. Quizás ese conocimiento previo ayudó a Karl a conquistar su segunda medalla de oro. Benji, que así es como se le conoce, era el campeón en título (ganó en Corea hace dos años) y su corona en el PGS le colocaba de nuevo entre los grandes favoritos. Y lo cierto es que cumplió el guión.

Como en el Gigante, en el Slalom Paralelo hay primero una prueba por tiempos, en la que se clasifican los más rápidos, que pasan a las mangas eliminatorias dependiendo del tiempo empleado. A partir de entonces, se compite en enfrentamientos de uno-contra-uno entre los mejores y los peores, hasta completarse octavos, cuartos, semifinales y final.

Hay dos trazados marcados (manga roja y manga azul) y cada corredor realiza una bajada sobre cada trazado, enfrentándose en paralelo a su contrincante y sumándose los cronos. Debido a la suspensión de la jornada del viernes, hoy se disputaron eliminatorias directas para las finales.

El principal rival teórico para Karl era el suizo Simon Schoch, campeón mundial en 2007 y subcampeón olímpico de Gigante en 2006. Pero el hermano de Phillip, otro destacado especialista, no pudo con la calidad del austriaco. A pesar de que en la primera manga decisiva le sacó 4 centésimas de segundo, en la segunda el gran favorito lo derrotó completamente sacándole casi tres segundos.


Foto: final PSL masculina

Karl, que además ganó la pasada Copa del Mundo y es líder de la actual, estuvo acompañado en el podio por el sorprendente esloveno Rok Marguc, al que tuvo que derrotar personalmente en la final del PGS y que superó por el bronce a otro austriaco, Andreas Prommegger, segundo en la actual Copa del Mundo.

Al revés que en la masculina, la vencedora femenina del Gigante, la rusa Alena Zavarzina, no consiguió clasificarse ni siquiera para los octavos de final. Eso abrió muchas opciones a la campeona de hace dos años, la suiza Fraenzi Maegert-Kohli, y a la campeona olímpica de Gigante, la holandesa Nicolien Sauerbreij, que precisamente había fallado en el PSG.

Pero la suiza cayó en cuartos de final precisamente ante la noruega de 22 años, que ya dio un aviso de hasta dónde quería llegar en La Molina. Nadie esperaba que luego acabase batiendo a Sauerbreij en la final y, mayor sorpresa aún, que en ésta la batiese en las dos mangas, por 38 y 92 centésimas, respectivamente.

Para la medalla de bronce se enfrentaron dos austriacas, Claudia Riegler y Heidi Neururer. 
Riegler, que ya había sido medalla de plata en el PGS celebrado el miércoles, volvió al podio demostrando que, a pesar de sus 37 años, sigue siendo una de las más mejores especialistas del circuito. Por el camino se quedaron nombres ilustres, como la subcampeona olímpica en Vancouver, la rusa Ekaterina Ilyukhina, o la campeona mundial en 2007, su compatriota Ekaterina Tudegesheva.

Más difícil fue hablar con la campeona femenina. Engeli, vitoreada por los niños de las escuelas de la Molina cuando apareció con su medalla de oro en el comedor, estaba aún “en estado de shock por la victoria”, según sus propias palabras. “No lo esperaba para nada, ni siquiera subir al podio, así que el triunfo me llena de satisfacción, sobre todo porque esta temporada no estaba siendo nada buena para mí en las pruebas de la Copa del Mundo”.

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