Concluye expedición Rip Curl Himalaya

Cuatro de los mejores riders del mundo procedentes de las Rocosas, los Alpes, las montañas de Australia… y acompañados de dos experimentados guías. Un sueño: “ridear” el kicker más alto del mundo en el Himalaya.

No ha bastado con su preparación y todos los medios puestos a su alcance por Rip Curl: las nieves eternas del Himalaya aún mantienen su misterio. Y los riders vuelven a casa con la sensación de haber rozado la gloria.

 

Darius Heristchian, Chris Booth, Per Loken y Jean Baptiste Collomb ya están de regreso en París. A sus espaldas han dejado las cumbres nevadas del Himalaya, donde han permanecido durante dos semanas. No han conseguido el objetivo de “ridear” el kicker más alto del mundo, pero nunca olvidarán la experiencia. Y sobre todo, no ha habido que lamentar desgracias personales.

Mientras la nieve se ha hacía esperar en la mitad de las estaciones europeas, en medio del temido cambio climático, Rip Curl, en su espíritu de “Search”, el concepto que busca los mejores sitios del planeta para surfear nieve o agua, promovió esta expedición que ahora ha llegado a su fin.

Todos los participantes sabían que el objetivo era arriesgado. Pero lo que no se esperaban eran esas montañas inexpugnables, auténticos focos de la energía del planeta y que desde el principio les opusieron resistencia.

El viaje de los cuatro expedicionarios estuvo precedido de una semana de aclimatación en el Centro de Alto Rendimiento de Montañismo en Los Alpes. Desde allí partieron a Katmandú, donde visitaron los templos budistas más importantes y recibieron la bendición de los lamas. Después de dos días en Katmandú siguieron ruta a Pokhara, a 4.000 metros, desde aquí, un helicóptero les llevaría a Jomson. Los cuatro riders, ansiosos, esperaban el momento de deslizarse por las laderas e impresionantes picos del Annapurna.

Pero el 15 de febrero, el equipo de The Search se queda bloqueado en jonson. Incluso los guías están sorprendidos de las extrañas condiciones con los que les ha recibido el Himalaya. Las condiciones empiezan a ser difíciles: bajan las reservas de comida, y se rompen los grupos electrógenos. No hay un momento del día en que el termómetro supere los 5 grados, ni en interior, ni por supuesto, en exterior.

Dos días bloqueados: lo intentan todo para salir de allí, empiezan a sentir la presión del tiempo. Incluso ayudar al ejército a despejar el helipuerto que es su única vía de acceso a la montaña. Pero el hielo es tan denso y hace tanto frío que de nada sirve. El día 20 son conducidos por un MI 17 a Hunde, a 3.400 metros, en un valle del Annapurna, donde intentarán conseguir su hazaña. El martes, el helicóptero les sube a 5.000 metros para empezar a surcar las cumbres.

De nuevo, la montaña impone su ley. Violentas rachas de viento y avalanchas hacen temer por su vida. Baptiste Collomb, en una de sus bajadas, provoca una avalancha que pasa a escasos metros del cámara. Todos empiezan a tener la percepción de que el Annapurna es tan misterioso como su leyenda. Los cambios de tiempo son rápidos y violentos. En una de sus rotaciones, el helicóptero no puede volver a despegar. Los dos cámaras se han quedado aislados en el valle y se teme por su vida, aunque finalmente, las condiciones mejoran y el helicóptero puede recogerlos. Afortunadamente no tienen que pasar la noche en tiendas a 4.000 metros y con unas temperaturas gélidas, lo que hubiera puesto en peligro sus vidas.

Todos estos acontecimientos, sumados a los constantes imprevistos que se encuentran cada día hacen que miren el Himalaya con otros ojos. Quedan solo dos días. La nieve está tan inestable que desde la base oyen constantemente como las avalanchas cambian el paisaje cada día.

Las condiciones son tan extremas que deciden abandonar el reto de construir el kicker más alto del mundo. Nunca antes han vivido ni les han contado cómo la nieve toma cuerpo y se convierte en el enemigo más peligroso. Pero aún así, no pueden resistir la tentación de ponerse los esquís y la tabla y ser los únicos riders que en deslizarse por las misteriosas montañas nepalesas. Y aquí está la prueba.

A pesar de todo, los cuatro riders pasaron momentos inolvidables, situaciones arriesgadas que dan sentido la esencia de la filosofía Rip Curl: “The Search”, la búsqueda del lugar perfecto para disfrutar de la vida, de la nieve, de la naturaleza… Pero, por ahora, el Himalaya seguirá siendo el inexpugnable y misterioso techo del planeta.

Damos la bienvenida a Baptiste, Per, Chris y Darius de nuevo a Europa. Han hecho un buen trabajo.

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  • Afortunadamente no ha muerto nadie pero tampoco han estado lejos…
    Que se pretende demostrar llevando a un grupo de riders a un entorno tan contrario para el disfrute…La altitud, el desconocimiento de los peligros de la zona, la falta de aclimatación…Y además pagando por todo ello sumas millonarias en conceptos de permisos y transportes…Será que yo practico el alpinismo y es snowboard porque me gusta y no para hacerle publicidad a nadie y exponer mi vida tontamente por salir en los medios…

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