Las primeras medallas de los IX Mundiales Snowboard FIS La Molina 2011 fueron ganadas en durísimos combates cuerpo a cuerpo. Al contrario que en las eliminatorias del lunes (contra el crono y en bajadas individuales), las finales del Snowboardcross (SBX) fueron una lucha a brazo partido entre cuatro competidores por bajada.
En categoría masculina las disputaron 32 participantes; en la femenina, 16. Estaban todos los favoritos y, de hecho, a las grandes finales accedieron la mayoría de ellos. Los hombres libraron cuatro torneos del KO: octavos, cuartos, semifinales y final. Las mujeres, una batalla menos. Los campeones acabaron siendo el australiano Alex Pullin y la estadounidense Lindsey Jacobellis. Ambos eran de los que aspiraban al podio, así que sus triunfos fueron una sorpresa relativa.
En un nuevo día soleado, todas las carreras fueron excitantes y competidas sobre la unánimemente elogiada pista del Snowpark Alabaus, de 650 metros de longitud y un desnivel de 120. Tan competidas que se produjeron inevitables caídas, algunas espectaculares y dolorosas.
Una de ellas (aunque siguió hasta la meta) fue la que privó al austriaco Markus Schairer, vigente campeón mundial, retener su corona masculina. Fue en cuartos de final. Hasta allí habían llegado sin problemas los demás favoritos, la crema de la crema del SBX. Entre ellos el doble campeón olímpico Seth Wescott (USA), el campeón de los X Games Nate Holland (USA) y los vigentes campeón y subcampeón de la Copa del Mundo, el francés Pierre Vaultier y Pullin.
El peligro para ellos llegaba del joven italiano Luca Matteotti, que se habían mostrado muy fuerte en su primera aparición mundialista. Pero en semifinales el francés se cayó en un salto cuando dominaba claramente la suya. En la otra, Wescott se impuso a Pullin, pero en la Big Final, la de los cuatro mejores, el australiano salió como un ciclón y supo defender su puesto de privilegio ante las acometidas del campeón olímpico, con Holland y Matteotti ya sin opciones de oro.
“No puedo estar más contento. Es una situación ideal: mi primer gran título mundial y compartir el podio con dos grandes amigos. Además, hace un tiempo fantástico y la pista que han montado en La Molina es excelente”, dijo el pelirrojo Pullin, de 23 años. “La carrera más difícil para mí fue la de semifinales, porque me quedé trabado en la puerta de salida. Por fortuna, pude recuperarme a tiempo. Este título reivindica al snowboard australiano porque somos pocos, pero buenos”.
“Empiezo a sentir la presión de los jóvenes como Alex (Pullin), que corre como un loco”, comentó con ironía Seth Wescott, el doble campeón olímpico, todo un veterano a sus 34 años. “Ahora necesito unas vacaciones para preparar luego los X Games. Y, a largo plazo, no descarto mi tercera medalla de oro olímpica consecutiva”
“Quiero felicitar a la organización de La Molina por el trabajo que han hecho con la pista, dadas las condiciones meteorológicas. Me he divertido mucho y estoy muy satisfecho con esta medalla de bronce”, explicó, por su parte, Nate Holland, otro veterano a sus 33 años. “Yo también me tomaré ahora unos días de descanso antes de los X Games y, como dice Seth (Wescott), los treintañeros vamos a tener que defendernos de los nuevos talentos que llegan al circuito”.
Jacobellis superó a las canadienses
También a la final-a-cuatro femenina llegaron las corredoras con mejor historial salvo la francesa Deborah Anthonioz, otra víctima de las caídas que perjudicaron especialmente a los potentes equipos de Francia y Austria.
En la salida estaban la campeona olímpica y de la Copa del Mundo, la canadiense Maelle Ricker; su compatriota Dominique Maltais, bronce en la Copa del Mundo y actual dominadora del circuito, y la francesa Nelly Moenne Loccoz, que está destacando en su primer año en la Copa del mundo. También Lindsey Jacobellis, plata en los JJOO de Turín 2006 y que brilla en los X Games, pero que esta temporada no estaba teniendo mucha suerte.
La rubia estadounidense, como el australiano Pullin, no dio opción a sus rivales en la gran final. En ella, las dos canadienses se tocaron nada más salir y Ricker quedó pronto fuera de juego. Maltais luchó por la plata con la francesa, pero al final fue un duelo entre Jacobellis y Moenne, con franca ventaja para la primera.
“Estoy muy satisfecha con este título, ya que esta temporada no estaba siendo muy buena para mí”, comentó Jacobellis, de 25 años. “Preparé estos Mundiales haciendo surf en la costa californiana y la cosa ha funcionado. El circuito de La Molina es muy rápido y apenas da tiempo a pensar. Todo se te viene encima y cualquier pequeño fallo es decisivo. Hay que felicitar a quienes lo han hecho, porque parece imposible que lo hayan construido con estas temperaturas. El escenario parecía un cuadro de color verde con un brochazo blanco en medio, que era la pista”
“Estoy muy contenta y no sé qué decir más que…¡¡¡yuppiee!!!”, soltó la francesa Moenne, que no se creía su medalla de plata. “Soy joven (20 años) y empecé tarde en el SBX, así que espero ganar algún título en el futuro”.
“Esta temporada está siendo magnífica para mí. Voy líder en la Copa del Mundo y ahora gano la medalla de bronce. No puedo estar más contenta”, subrayó, por su parte, la canadiense Maltais, que a sus 30 años está viviendo una segunda juventud. “Me ha sabido mal que Maelle (Ricker) no haya estado conmigo en el podio. Hubiese sido muy bonito dos medallas para Canadá”.
La jornada de ayer contó con la entusiástica presencia de seis centenares de escolares, procedentes de diversas comarcas cercanas a La Molina (Berguedà, Ripollès, Cerdanya y Barcelonés) cuya presencia dio colorido y animación a las finales. Los escolares forman parte de una campaña educativa, social y deportiva. En total, y a lo largo de toda la competición, el número de escolares que disfrutarán de los Mundiales será de 2.200, dentro de la campaña lanzada por la Federación Catalana de Deportes de Invierno (FCEH) denominada ‘Acerquemos las escuelas a la nieve’.
