Ni nos ha dado por lo paranormal ni tampoco en este artículo se va a hablar de snowboard, ni tan siquiera demasiado de nieve, hablaremos de nubes lenticulares. Una bonita colección de imágenes que pudimos captar el pasado día 21 – primero de la primavera – durante y en el regreso de una escapada por el Circo de Gredos.
FOTOS: E. Ribas
El viernes 21 de marzo, tras un invierno anormalmente templado y seco, llegó una primavera que esperemos sea muy húmeda para paliar la sequía que ya se empieza a notar y también para que las nevadas de primavera acumulen lo suficiente como para garantizar un buen fin de temporada, sino en todas partes, al menos, en algunas como en el alto Gredos donde se ha podido surfear algo y esperemos que se siga pudiendo durante el mes de abril y mayo, cosa que es lo común en cualquier año de climatología normal.
Vista del Circo de Gredos desde el pueblo de Barajas en la mañana del 21. Ni una nube.
El anunciado empeoramiento que se esperaba el día 22 y 23 en forma de una entrada de aire frío del norte que llegaría a afectar no sólo al tercio septentrional de la Península sino también al centro y algo menos en el sur, al final ha alcanzado de forma entre moderada y débil al Sistema Central dejando, hasta el momento de escribir estas líneas (domingo 23), una capa de un palmo de nieve nueva que mejorará sustancialmente la situación.
Las primeras formaciones aparecieron a mediodía al sur del circo.
Previo a la entrada del frente de nieve, en el centro peninsular, el viernes fue un día de transición entre las altas presiones, el buen tiempo anterior y la brusca bajada de presión y temperaturas del sábado. Las montañas no sólo son una magnífica escuela de meteorología, también son un punto de referencia fundamental para hacer estimaciones del tiempo venidero, son un lugar perfecto donde todos los cambios se anuncian mediante signos que a veces son evidentes y no dejan lugar a dudas de su interpretación. Así sucedió y lo que vimos en el cielo de Gredos el viernes 21, fue un fantástico espectáculo de nubes lenticulares que al atardecer llegaron a crecer lo suficiente como tapar parte del cielo y dejar una formación que parecía los estratos de nieve de algunos ventisqueros o, para quien lo prefiera, una invasión de platillos volantes superpuestos.
Formación de nubes hacia la sierra del Cabezo de Mijares.
Esta sucesión de curiosas formaciones lenticulares comenzó al mediodía, después de una mañana clara y no muy fría que poco a poco se fue tornando algo ventosa, para terminar al final de la tarde con una notable diferencia de temperaturas y vientos entre las cimas y la base de las montañas y mucho más respecto al valle. Viento en altitud, contraste térmico acentuado según la cota y nubes lenticulares de viento al sur de la sierra, eran signos inequívocos del empeoramiento que llegaría entre 15 y 20 horas más tarde y que al mediodía del sábado ya manchaba de blanco las alturas superiores a 1200 metros, llegando por la tarde el grueso del frente que ha dejado la tan esperada nieve de primavera. Algo muy parecido a lo que ocurrió el año pasado que, tras un invierno desastroso, justo con la llegada de la nueva estación llegaron las nevadas que fueron copiosas en algunas zonas como en el Pirineo.
Impresionante nube hacia el occidente de Gredos.
Las nubes lenticulares son de esas que siempre llaman la atención, sobre todo cuanto más desarrollo en vertical alcanzan. Suelen aparecer cuando una masa de aire húmedo cruza un sistema montañoso y como consecuencia del choque del viento contra el obstáculo orográfico se forman ondulaciones ascendentes en la masa de aire para superar esa barrera montañosa. Dentro de esas ondulaciones, el aire asciende y se enfría condensándose en vapor de agua y formando, en la zona de sotavento (detrás de la montaña), esa espectacular nube que no produce precipitación pero que sí suele avisar de la llegada del mal tiempo. La nube suele formarse en el lado contrario de la montaña a donde sopla el viento, porque las capas de aire al ascender sobre el relieve de la ladera se comprimen y, al superar la cima, se vuelven a expandir ya que por debajo queda espacio para que el aire se ´hinche` y se remanse produciéndose la condensación.
Formaciones sobre el sur de Gredos Oriental.
Estas nubes lenticulares con más o menos desarrollo y densidad, son también las conocidas ´boinas` que suelen aparecer justo en la cima o un poco desplazadas a sotavento de la cúspide de muchas montañas, y que son indicios de un cambio de tiempo muy próximo. Así, son famosas las boinas vaticinadoras de un empeoramiento en el Mont Blanc, Veleta, Elbrus… o en cualquier cima que destaque sobre las demás sobre todo si, como estas tres, son cimas de montañas muy grandes y algo redondeadas.
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