Summercase, un nuevo festival con un formato novedoso: Un mismo cartel en dos ciudades distintas un mismo fin de semana. Los artistas que tocaban el viernes en Madrid lo hacían el sábado en Barcelona, y viceversa. Un cartel plagado de grupos británicos, y mucho peso pesado como Massive Attack, Fatboy Slim, New Order, Primal Scream o los Chemical Brothers entre otros…
Fotos: Roberto Román
A pesar del calorazo en Boadilla del Monte, no nos resistimos a acudir al recinto a primera hora de la tarde. Mal hecho, porque a pesar de la pequeña carpa con ventiladores y agua pulverizada acondicionada para mitigar el exceso de calor, el tema era muy, pero que muy serio.
El recinto, aunque localizado en una especie de descampado cercano a una zona residencial, había sido tratado de tal forma que no se levantase mucho polvo. Además hay que reseñar que la organización fue impecable, al igual que el cumplimiento de los horarios en los cuatro escenarios habilitados. El único problemilla que se planteaba a veces es que, con tanto grupo y escenario, coincidían finales de conciertos en una carpa con comienzos en otra, lo que provocaba a veces riadas de gente de un lado para otro y que tuvieses que renunciar muchas veces a ver un final o un comienzo de concierto. Un mal menor comparado con todos los aciertos de la organización.
The Divine Comedy
Las barras eran numerosas, al igual que las casetas de compra de boletos, lo que hizo que en ningún momento tuvieses que esperar mucho para adquirir bebidas. Sin embargo éstas eran bastante caras, y además no había minis; el recipiente más grande era de 65 cl (una doble) y si lo querías lleno de cerveza o tinto de verano… seis euros al canto. En fin.
Por la tarde del primer día pudimos ver a unos Dandy Warhols que demostraron a pleno sol que su repertorio no se limita a la canción del anuncio de Vodafone, y a unos Starsailor que reseñaron la gran calidad del cartel del festival.
Se acercaba el momento de los primeros pesos pesados, comenzando con unos animados Happy Mondays que siguen provocando el baile perfectamente, y que ya de noche dieron paso a uno de los grupos más esperados de la jornada: New Order, que, a pesar de cagarla en unos cuantos comienzos de canción, y de no notárseles demasiado motivados, lograron animar al público (al que tenían en el bolsillo de antemano) con sus numerosos hits guitarreros y electrónicos, llegando a tocar incluso varios temas de Joy Division que fueron recibidos con entusiasmo.
Happy Mondays
Para rematar la jornada acudimos a ver a los Chemical Brothers pinchando (aunque algún despistado se creía que tocaban con DJ Set), que la verdad cada vez se les nota más que pinchan lo justito para sacar un cinco raspado. Su sesión fue muy bakala –quizás demasiado- y tan sólo la aderezaron con algún tema de su repertorio. Después de eso ya se sabe, las masas fiesteras bailan lo que les echen, y había dos opciones: tecno bastante duro en la carpa grande, y algo más suave y con toques guitarreros en la carpa más pequeña. A las seis a casa, no hay tu tía. Los seguratas hacían un barrido para asegurarse que nadie se quedase despistado en el recinto. ¿A las seis fuera? En un garito cierran más tarde…Parece mentira que no aguantasen unas horas más después de lo que ha pagado la gente…
Comprobamos de primera mano que las lanzaderas a distintos destinos funcionaban de maravilla. En nuestro caso tuvimos que guiar por los alrededores de Madrid a un conductor búlgaro llamado Philipe que no sabía llegar a su destino!!!!
Al día siguiente, resacosos perdidos, fuimos un poco más tarde para evitar morir deshidratados. Eso sí, justo a tiempo para comprobar que Belle & Sebastián son un coñazo en directo (lo siento), y que Sigur Ros tienen un directo muy efectivo con una original y atractiva puesta en escena.
Belle&Sebastian
Y de repente la que supuso –para mi gusto- la gran sorpresa del festival. Es un hecho que las expectativas pueden marcarte para bien o para mal tanto una película, como un concierto. Así, es muy corriente que cuando te han cantado mil maravillas de una peli, luego te decepcione, al igual que cuando no esperas gran cosa de un concierto este te pueda sorprender muy gratamente… Y eso fue lo que precisamente me pasó con Daft Punk. Y es que los francesitos, de los que admito sólo me gusta el primer disco, se marcaron un directo de lo más cañero, con todos sus grandes éxitos incluidos, y con una puesta en escena de lo más llamativa: una pirámide de luces de más de veinte metros con su escenario en la cúspide, y desde la que irradiaban todo tipo de luces y mensajes. Muy cañero y divertido, para mi gusto, sin duda, lo mejor del festival.
Acto seguido tocó en el escenario contiguo Massive Attack, que demostraron sostener su repertorio en directo a pesar de las bajas del grupo, y, aunque su puesta en escena visual no le llega ni a los tobillos a la que tenían hace un par de años, cumplieron más o menos su papel.
Y acto seguido otro de los platos fuertes del festival: Fatboy Slim, que demostró estar en forma cantando, agitándose, bailando y jaleando desde su escenario audiovisual. Su repertorio fue el típico y esperable y realmente no aportó nada nuevo, salvo su espectáculo audiovisual. Eso sí, bastante mejor que en su faceta de DJ…
Y ya sólo quedaban unas horas antes de que los seguratas barriesen a todo el mundo a sus casas, eso sí, los que no utilizasen las lanzaderas ya podían ir sobrios, porque seguramente nueve de cada diez controles de alcoholemia en Madrid estaban a la salida de Boadilla….
En fin, enhorabuena a los organizadores, nos vemos por allí el año que viene!